Después de que el Rey encargase formalmente a Sánchez la tarea de intentar formar gobierno y por lo tanto que se presente a la investidura, afronta la cuadratura del círculo: pactar con Ciudadanos cuando no suma, engañar a Podemos y asumir todas las reivindicaciones de Pablo Iglesias, contentar al comité Federal del PSOE y a su vez, a los militantes y los independentistas.
No se puede engañar a todos todo el tiempo, aunque le hayan dado un mes para hacerlo.
Después del “no, no y no”, Sánchez dice ahora que hablará con el PP. El responsable del bloqueo institucional por no querer negociar con el partido que ganó las elecciones, se postula como la solución a dicho bloqueo. No se lo cree nadie.
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