Hoy concluye la segunda ronda de contactos ante el Rey de los partidos políticos, en la que Pedro Sánchez se presenta con la intención de trasladarle su intención de formar gobierno pero concurriendo tres condicionantes imposibles: el PSOE tiene 90 escaños,
no hay pacto cerrado y los trámites internos están por cumplir.
Su desesperado intento de investidura, no es más que una maniobra dilatoria de quien, a la desesperada, urge a Mariano Rajoy a tomar decisiones.
Señor Sánchez, la investidura no es un concurso de egos, es un proceso serio de formación de Gobierno, en el que la legitimidad se ha dado al partido que ganó las elecciones: el Partido Popular.
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