Tras la jornada del miércoles pasado, las Cortes Generales quedan constituidas.
Es ahora tiempo de iniciar la investidura del Presidente de
Gobierno, un proceso que se inicia hoy con la ronda de consultas del Rey Felipe
IV.
En esta situación, todo no vale con tal de ser presidente
del Gobierno, tal y como pretende el señor Pedro Sánchez.
Está en riesgo que se configuren pactos de
perdedores, pactos de no se sabe cuántos partidos minoritarios, en muchos
casos independentistas, con Pedro Sánchez y el PSOE a la cabeza.
¿Acaso cree Sánchez que, necesitando el apoyo constante de
partidos desleales a España, podría aprobar una sola reforma de las que
necesita nuestro país? ¿Podría acaso cumplir con los objetivos de estabilidad
acordados con Bruselas? ¿Podría dar confianza a los inversores, certidumbre a
los emprendedores y moderación a la política española? La respuesta es no.
El cambio que han pedido los españoles no es un
Gobierno radical de izquierdas con los independentistas. España necesita
un Gobierno amplio de los constitucionalistas, no de líneas rojas
partidistas.
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