Esta mañana el ex ministro de Fomento,
José Blanco, imputado por el “Caso Campeón” ha declarado que
solo dimitirá de su escaño de diputado en el caso de que se abra
juicio oral contra él. Con esta actitud se vuelve a demostrar que
los socialistas no se van del poder ni con agua caliente.
Otro ejemplo más cercano aún ha sido
lo ocurrido días atrás en Ponferrada, donde el PSOE presentó una
moción de censura contra el PP y así conseguir la alcaldía de este
municipio gracias al apoyo de Ismael Álvarez, condenado por acoso
sexual en el “Caso Nevenka”. Los principios de igualdad y respeto
a las mujeres que tanto defiende el PSOE en este caso fueron
completamente pisoteados solo por un sillón de alcalde y todo esto
con la aprobación del comité del partido aunque ahora Oscar López
quiera negarlo y cargar él con toda la responsabilidad. Aun así, si
de verdad fuera alguien competente y con un mínimo de
responsabilidad ya habría presentado su dimisión y no habría hecho
el paripé de dejar el cargo a disposición del partido a sabiendas
de que no iba a servir para nada. Nos encontramos ni más ni menos
ante otro caso Benidorm, solo es cuestión de tiempo.
A diferencia de estas actitudes dentro
del Partido Popular podemos encontrar el caso de Santiago Cervera que
dimitió inmediatamente solo por el hecho de haber recogido una
información por lo que fue arrestado y días después de su dimisión
incluso imputado. Otro caso fue el de Francisco Camps, ex-presidente
de la Comunidad Valenciana, imputado por el caso de los trajes y que
decidió dimitir para acudir a juicio y demostrar su inocencia, la
cual fue probada y quedó absuelto.
Por un lado nos encontramos a un
ex-ministro que se niega a dimitir, a pesar de estar imputado y de
que hay pruebas contundentes de su culpabilidad, e incluso que ha
utilizado fondos públicos, como los 100.000 euros salidos del
Ministerio de Interior que fueron usados para realizar obras en su
casa, y por otro al Secretario de Organización que por “el ansia
de poder”, tal y como lo describió, se salta cualquier principio
contad de que el PSOE tenga más cuota de poder. Y finalmente, nos
encontramos ante un Rubalcaba que pide la dimisión de Mariano Rajoy
baásandose única y exclusivamente en unos papeles, sin fundamento,
publicados en prensa. Hace mucho que el PSOE perdió el rumbo
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