Socialistas “de boquilla”

A bombo y platillo anuncia hoy El Pais en su versión digital que los exaltos cargos del PSOE renunciarán a su “indemnización”. El periódico del PSOE trata de ensalzar, como siempre, las bondades de los socialistas como si hubiesen hecho algo honroso y que destaca por su altruismo.

El periódico da su versión de los hechos, anunciando que aquellos que cobraban varios sueldos dejarán de hacerlo tal y como informó Elena Valenciano a Soraya Saez de Santamaría tras una llamada telefónica. Pero esto no es exactamente así...

La realidad es que debido a la aprobación del Real Decreto Ley 20/2012, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, por orden del ministro Montoro, comenzó a enviar una serie de cartas el 17 Julio en las que se informaba a los exaltos cargos que deberían optar por uno sólo de los sueldos que perciben.  Son cuatro las alternativas: la pensión indemnizatoria, prestación compensatoria o percepción económica correspondiente al cargo que hubieran ocupado; la retribución correspondiente a la actividad pública que desempeñen; la correspondiente a una actividad privada, con la autorización expresa de la Oficina de Conflictos de Intereses o percibir la pensión de jubilación o retiro por derechos pasivos.

Es el caso de José Luis Rodríguez Zapatero, que cobra el sueldo de expresidente, el 80 por ciento de 75.000 euros, al que se le sumaban otros 80.000 como miembro del Consejo de Estado, o el de la ex vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, que recibe su pensión indemnizatoria -80 por ciento de 65.000 euros- y su sueldo en la misma institución.

Sueldos que como buenos socialistas se quedaban en el bolsillo para mantener sus casas, en zonas privilegiadas, mientras pancarta en mano, critican recortes y “defienden la trabajador”. 


Cuando gobernaba Zapatero, no se le ocurrió quitar las pensiones antes de tomar otras medidas como la supresión del cheque bebé o la “ayuda” de los 400 euros. Pero cuando ellos lo hicieron estaba bien y justificado, y por si acaso colocaron a su gente en los últimos meses de la legislatura en puestos del Estado para que luego cobraran la indemnización. Y mientras, callados, aunque ya se sabe que “ande yo caliente, ríase la gente”.