La pasada semana el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, comparecía en el Congreso para dar a conocer las nuevas medidas de ajuste que deberán llevarse a cabo para cumplir los objetivos de déficit establecidos por las Instituciones comunitarias. Muchas de las decisiones tomadas son claramente impopulares, pero como ha dicho hoy el Jefe del Ejecutivo, “Si no se pueden bajar los gastos ni subir los ingresos, dígame cómo se hace”,en respuesta a las críticas de Alfredo Pérez Rubalcaba.
Dentro de las medidas adoptadas por
el Ejecutivo, se contempla una reducción del 20 por ciento de las
subvenciones que hasta ahora recibían partidos políticos,
sindicatos y organizaciones empresariales. No debemos olvidar también
que, en el primer paquete de medidas aprobado el 30 de diciembre de2011, ya se contempló una reducción de otro 20 por ciento de las
ayudas dirigidas a estos tres colectivos, por
lo que el PP reduce
la dotación de los partidos, sindicatos y organizaciones
empresariales a prácticamente a la mitad.
Fernández Toxo preparó la Huelga General a bordo de un lujoso crucero |
Los
liberados sindicales en la Administración General del Estado
sereducirán hasta los 1.063. Es interesante saber que los que
dicen ser defensores delos trabajadores cobran una media de 33.000 euros al año. Esto es,
14 pagas extras con un sueldo neto de aproximadamente 1.700 euros.
Hasta ahora cobraban del erario público
la friolera de 3.044 personas dedicadas a funciones exclusivamente
sindicales, dejando de lado su actividad laboral por lo que debía
contratarse más personal. En definitva, un gasto desmesurado que el
Gobierno ha pretendido cortar por lo sano. Estareducción supondrá
un ahorro de 50 millones de euros, de los 100 que venían gastándose
sólo a nivel estatal. En total, todas las Adminsitraciones (Estado,
CCAA y Ayuntamientos) se podrán ahorrar 250 millones de euros.
Un recorte necesario en los tiempos que corren.
Ya era hora de que alguien pusiera
freno a este despropósito. No es de recibo que los sindicatos tengan
casi el triple de liberados sindicales de los que les corresponden
porque, durante años, condicionaban la firma de acuerdos y Convenios
a la concesión por parte de la Administración de un mayor número
de liberados. Ya no hay excusas, sobre todo porque el decreto no
recorta un ápice los derechos de los sindicatos, sino que, a apartir
de ahora, en la Administración habrá el mismo número de liberados
sindicales que en una empresa privada.
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