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miércoles, 20 de junio de 2012

El cinismo de UPyD


Consejos vendo que para mi no tengo. Eso es lo que debe de pensar Rosa Díez, líder de Unión , Progreso y Democracia (UPyD), al hablar de libertad y democracia más justa. Es increíble que el “partido magenta” se permita dar lecciones cuando desde su creación sus militantes han asistido atónitos a un conjunto de irregularidades flagrantes con un denominador común: la imposición desde arriba y la falta de democracia interna.

Alardean de ser el partido que se presenta como la alternativa para la regeneración democrática. Por activa y por pasiva se empeñan en desprestigiar a la clase política. Una clase política, por cierto, de la que forman parte sus cargos públicos, que cobran como el resto del erario público y se aprovechan de sus privilegios. Por cierto, no olvidemos que Díez lleva años viviendo a costa del presupuesto público.

Dicen defender los derechos de los ciudadanos frente a una casta política que ha perdido el norte y no se centra en las necesidades de los ciudadanos. Pero cómo tienen el rostro de hablar de derechos cuando esta semana más de 150 exmilitantes de UPyD han hecho público un comunicado donde denuncian el “fraude” de este partido que se ha convertido en instrumento exclusivo de los intereses personales de su portavoz Magenta Díez, digo perdón, Rosa Díez. Aquí está el problema de estos pequeños partidos que tienden a idealizar la figura de un líder, de alguien carismático, que acaban cayendo en el totalitarismo

Sus exmilitantes han denunciado que se persigue al que discrepa y que se ha eliminado de raíz cualquier vía de comunicación entre afiliados, con una líder y una dirección que actúa de manera caudillista “imponiendo un férreo modelo de organización interna”. El problema comenzó casi en los inicios cuando se fundó la propia formación. La negativa de la celebración de un Congreso fundacional provocaron ya entre la mayor parte de sus afiliados problemas y tensiones de diversa índole, impidiendo la consolidación del partido a nivel nacional.

Así que Señora Díez y compañía, menos lecciones y dejen de mirar la paja en ojo ajeno, porque de su seno interno sale un tufo caciquil que empieza a ser escandaloso. Por cierto, señora del color magenta, le recomendamos que cuide a sus bases, que son quienes engrandecen y forman un partido, o puede quedarse más sola que la una.

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