Hace unos tres meses que se puso en
marcha en movimiento “Ocupa el Congreso” con un objetivo claro:
hacer dimitir al Gobierno –elegido democráticamente en las urnas y
con mayoría absoluta- y abolir la Constitución Española –aprobada
en referedum por todos los españoles el 6 de Diciembre de 1978, y
que resultó con el apoyo del 88,54%-.
Se convocaron desde entonces, y desde
diversas asociaciones,
varias manifestaciones que culminasen frente a la puerta del Congreso
de los Diputados con el fin de interferir en el normal funcionamiento
de la Cámara. Sin embargo, el Código Penal protege al Congreso
tipificando como delito las “manifestaciones u otra clase de
reuniones ante las sedes del Congreso de los Diputados, del Senado o
de una Asamblea legislativa de comunidad autónoma, cuando estén
reunidos, alterando su normal funcionamiento” (art. 495).
Manifestarse es un derecho legítimo, siempre que sea de forma pacífica, respetando
las leyes y los derechos de todos los ciudadanos. La vicepresidenta,
Soraya Sáenz de Santamaría, así lo ha expresado: "Hay que
atender a la calle cuando uno se manifiesta pacíficamente y donde
debe hacerlo. Cuando lo hace violentamente y ante la sede de la voz
de todos los españoles estamos hablando de otra cosa".
Pero lo que no se puede consentir, son
los actos violentos y el ataque a la democracia. La Policía tiene la
obligación de defender la soberanía del pueblo, representada
legítimamente en el Congreso de los Diputados, y la seguridad de los
manifestantes puesta en riesgo por los fanáticos violentos .
El problema es que la manifestación de
ayer no tuvo nada de pacífica. Sobre las seis y media se produjeron
los primeros incidentes cuando un grupo primero lanzó objetos –entre
ellos, un termo, una pila y un bote de cerveza– contra los agentes y los periodistas.
Muchos de los que allí se encontraban iban “armados” con lo
primero que pudieron coger, puesto que se han encontrado junto al
Congreso “escudos protectores” que habían hecho “con tapas de
basura”, “palos, punzones y tirachinas” y de la Plaza de
Neptuno se han recogido 265 kilogramos de piedras.
Una violencia que no puede justificarse
de ninguna manera, al igual que no puede justificarse el ataque a la
democracia y a la Constitución, porque derechos tenemos todos.
Yo no voté esa constitución, y además no se está cumpliendo casi nada de lo que dice. En España no hay democracia!!
ResponderEliminar