Uno de estos casos es lo que vivimos en Andalucía con el PSOE de Chaves y Griñán y el partido de Ciudadanos. Corrupción institucionalizada durante más de 30 años, que ha acabado con el procesamiento (un paso más de la imputación) de los dos exPresidentes de la Junta de Andalucía.
Y con esto, tenemos a Albert Rivera, sosteniendo a este mismo partido, el PSOE de Susana Díaz, distinguiendo entre imputados y procesados por corrupción, y no oponiéndose o exigiendo la contundencia que han practicado con el PP en otras partes de España. Qué triste.
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