Como bien dice el refrán amigo beneficiado, enemigo
declarado. Ejemplos como este se ven todos los días, y el sábado sin ir más
lejos, pudimos ver un caso en el Gobierno de Asturias. El PSOE logró la
presidencia de la comunidad gracias a su alianza con IU –su socio habitual- y
UPyD –que tanto es de izquierdas como de derechas según sople el viento a su
favor- que ahora le han denegado su apoyo.
Pero que UPyD retire
su apoyo a una formación política a la que apoya para formar gobierno –ya sea
nivel local, como autonómico- no es nada nuevo. En la Comunidad de Madrid, la
región de la cual la formación magenta recibe más apoyos, vive todos los días
en sus municipios esta situación. El sábado vimos el ejemplo más sonado a nivel
autonómico -en Asturias- de lo que son capaces con tal de acaparar atención y
llevarse el gato al agua. Y además se jactan de que con un solo escaño son
capaces de desequilibrar gobiernos enteros, desde luego todo un ejercicio de
responsabilidad frente al ciudadano.
El partido de Rosa Díez, que ha celebrado su segundo
Congreso este fin de semana, no es desde luego el ejemplo de nada de lo que
tanto predican. De hecho, lo que se puede ver en los interiores de su partido no
es ni libertad ni democracia. Dimisiones,
bajas en las afiliaciones, rencor hacia aliados potenciales como Albert Rivera,
perpetuación en el cargo, desmanes hacia Savater, uno de sus abanderados, y disensiones silenciadas, es la
realidad de esta formación.
Este sábado Rosa Díez ha sido reelegida un 92,8% de la militancia. Esta cifra puede engañar,
pero hagamos un desglose. UPyD cuenta en sus filas con 6.165 afiliados, de los
cuales han acudido al congreso 1.303, y de estos 1.210 han dado su voto a la
dirigente para su reelección. Es decir,
que ni si quiera un cuarto ha acudido al congreso de las libertades.
En UPyD se califican de ser
distintos pero, ¿en qué se diferencian del resto? Profesan el culto a su líder
y la profesionalización del mando, aunque Díez critica la perpetuación de los cargos
y la política como un oficio remunerado, ella lleva toda su vida encadenando
cargos en política y en diferentes puestos.
Presumen de ser el único partido
donde cualquier militante puede competir en igualdad de condiciones con sus
principales dirigentes. Sin embargo, aunque técnicamente no hay listas oficiales
para componer el Consejo Político Nacional (el comité interno cuenta con 110
miembros), en realidad sí hay una. Internamente se ha distribuido
disimuladamente entre sus filas para garantizarse hasta 82 puestos en el órgano.
Todo lo contrario a las listas abiertas que nos quieren vender.
Dicen “no ser un partido búlgaro”
en el que no aplican la disciplina de partidos, sin embargo la existencia de de
dos listas para dirigir el Comité de garantías de UPyD ha inquietado a su
presidenta, puesto que de salir la lista alternativa a la suya, no tendría el
control absoluto de la formación.
Desde luego no es oro todo lo que reluce.
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