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lunes, 4 de noviembre de 2013

Hoy te quiero, y mañana… ya veremos.

Como bien dice el refrán amigo beneficiado, enemigo declarado. Ejemplos como este se ven todos los días, y el sábado sin ir más lejos, pudimos ver un caso en el Gobierno de Asturias. El PSOE logró la presidencia de la comunidad gracias a su alianza con IU –su socio habitual- y UPyD –que tanto es de izquierdas como de derechas según sople el viento a su favor- que ahora le han denegado su apoyo.

Pero que UPyD  retire su apoyo a una formación política a la que apoya para formar gobierno –ya sea nivel local, como autonómico- no es nada nuevo. En la Comunidad de Madrid, la región de la cual la formación magenta recibe más apoyos, vive todos los días en sus municipios esta situación. El sábado vimos el ejemplo más sonado a nivel autonómico -en Asturias- de lo que son capaces con tal de acaparar atención y llevarse el gato al agua. Y además se jactan de que con un solo escaño son capaces de desequilibrar gobiernos enteros, desde luego todo un ejercicio de responsabilidad frente al ciudadano. 

 


El partido de Rosa Díez, que ha celebrado su segundo Congreso este fin de semana, no es desde luego el ejemplo de nada de lo que tanto predican. De hecho, lo que se puede ver en los interiores de su partido no es ni libertad ni democracia. Dimisiones, bajas en las afiliaciones, rencor hacia aliados potenciales como Albert Rivera, perpetuación en el cargo, desmanes hacia Savater, uno de sus abanderados, y disensiones silenciadas, es la realidad de esta formación.

Este sábado Rosa Díez ha sido reelegida un 92,8% de la militancia. Esta cifra puede engañar, pero hagamos un desglose. UPyD cuenta en sus filas con 6.165 afiliados, de los cuales han acudido al congreso 1.303, y de estos 1.210 han dado su voto a la dirigente para su reelección.  Es decir, que ni si quiera un cuarto ha acudido al congreso de las libertades.

En UPyD se califican de ser distintos pero, ¿en qué se diferencian del resto? Profesan el culto a su líder y la profesionalización del mando, aunque Díez critica la perpetuación de los cargos y la política como un oficio remunerado, ella lleva toda su vida encadenando cargos en política y en diferentes puestos.

Presumen de ser el único partido donde cualquier militante puede competir en igualdad de condiciones con sus principales dirigentes.  Sin embargo,  aunque técnicamente no hay listas oficiales para componer el Consejo Político Nacional (el comité interno cuenta con 110 miembros), en realidad sí hay una. Internamente se ha distribuido disimuladamente entre sus filas para garantizarse hasta 82 puestos en el órgano. Todo lo contrario a las listas abiertas que nos quieren vender.

Dicen “no ser un partido búlgaro” en el que no aplican la disciplina de partidos, sin embargo la existencia de de dos listas para dirigir el Comité de garantías de UPyD ha inquietado a su presidenta, puesto que de salir la lista alternativa a la suya, no tendría el control absoluto de la formación.

Desde luego no es oro todo lo que reluce.

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