En un solo día, Ciudadanos ha ejemplificado su condición de veleta política: por la mañana manifestaban que querían “sillones” en un Gobierno con Sánchez, pidiendo directamente ocupar Ministerios y puestos de responsabilidad en un gobierno de Pedro Sánchez, porque claro, no iba a ser positivo un gobierno monocolor. Pero esto no duró mucho; por la tarde mismo, volvieron a virar con una nueva comparecencia para decir que bueno, ya no los querían y no era tan buena idea.
Lejos queda su compromiso de no apoyar a ningún Gobierno que no presidiera Ciudadanos, o respetar la elección mayoritaria y al partido que ganase las elecciones, permitiendo su gobierno. Lo mismo ocurre con su promesa de no apoyar ningún “pacto de perdedores”, del que según Albert Rivera, no sería nada bueno para España. Mientras, siguen las negociaciones con Podemos y tripartitos varios. ¿Qué podemos esperar de un partido veleta?
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