En los últimos años Rosa Díez nos tiene acostumbrados a discursos con grandes dosis de moral política y supuestas lecciones de democracia, pero ¿Se aplica ella sus propias recetas? ¿Nos podemos fiar de una persona que actúa en sentido contrario a lo que defiende?
En sus discursos la líder de UPyD destaca la importancia de la democracia interna dentro de las organizaciones políticas pero su grupo ha aparecido en los titulares nacionales más de una vez por la falta de la misma. Hace cerca de dos años casi un centenar de afiliados abandonaron "las filas magenta" por la falta de democracia y el "autoritarismo" del que hacía gala la Sra Díez. En mayo de este año, el exalcalde de Alcobendas abandonaba el partido porque en él no había "ni unión, ni progreso ni democracia".
Tampoco han sido los únicos casos ya que en Galicia ya denunciaron el autoritarismo y la mano de hierro de Rosa Díez llevando a cabo la expulsión de varios miembros del partido, entre ellos Pedro Larrauri el cual nos deja el testimonio de sus vivencias en UPyD en su blog.
En los últimos días, el eurodiputado de esta formación, Sosa Wagner ha defendido la posibilidad de que Ciudadanos y UPyD concurran juntos a las próximas elecciones. En un partido donde reinase la democracia lo lógico hubiese sido que se abriese un debate interno para abordar la situación, sin embargo, Rosa Díez ha preferido cargar contra su compañero de formación acusándole de tener unas formas inaceptables.
Esta realidad choca con las declaraciones de Javier Nart en las que afirma que si no existe un pacto entre ambos partidos es porque el problema es Rosa Díez.
¿Podemos confiar en un partido que vende democracia sin aplicarla, que tiene continuos enfrentamientos internos, que no sabemos si va a pactar con otras formaciones o no? Queda claro que UPyD no es una formación en la que se pueda confiar ya que si no saben gestionarse a sí mismos, es imposible que puedan gestionar una administración pública con unas garantías mínimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario