Son
ya 116 los cargos socialistas y allegados en la trama de corrupción de mayor índole
de nuestra democracia. El caso de los ERE en Andalucía, con sus numerosas
ramificaciones y derivados, suma el montante de mil millones de euros
destinados en un principio a los parados andaluces que acaban comprando
favores, enriqueciendo a familiares y amigos, en empresas de su entorno y hasta
en gastos tan impresentables como en cocaína y prostitución en locales de
noche.
Son
varios los casos relacionados con la trama general, cada uno de ellos por una
empresa particular y un denominador común: un familiar o amigo de un cargo o
dirigente del PSOE andaluz y/o de la Junta de Andalucía. Una corriente de
dinero público destinado mediante oscuras maniobras a financiar y enriquecer
las más variadas actividades empresariales privadas, amistades etc. Siempre mediante
un Administración socialista como intermediaria.
El
mapa de Andalucía queda así salpicado por los numerosos casos, un entramado
perfectamente diseñado en una red que enlazaba vínculos de distinto tipo, y con
administraciones a todos los niveles. Un perfecto modelo clientelar caciquil
moderno desarrollado durante años y años que ahora quieren mostrar a la
sociedad como casos aislados y en los que las más altas esferas de la Junta de
Andalucía desconocían, cuando sin el conocimiento y consentimiento de los más
altos dirigentes (Consejeros y Presidentes autonómicos) sería difícil tejer
semejante red de corrupción y fraude de las administraciones.
Para
muestra un botón y el proceso de primarias, retirada y próxima convocatoria de
elecciones en Andalucía por parte de José Antonio Griñán, Presidente andaluz (y
del PSOE) responde, de no mediar mucha casualidad por medio, a un situación
angustiosa ya la del PSOE gracias a las investigaciones de la Juez Alaya de los
últimos meses.
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