No
han tardado en encontrar respuesta. Bruselas ha afirmado que la serie
de medidas que Rubalcaba presentaba el Domingo para la reducción del
paro y la activación económica equivaldrían prácticamente según
Bruselas, a pedir el rescate.
Éstas
consisten básicamente en utilizar el dinero sobrante facilitado por
la UE para el saneamiento del sistema financiero para utilizarlos
como subvenciones otorgadas a empresas que declaren pérdidas y
evitar despidos. Esto implicaría nuevos condicionantes a los
negociados para esa ayuda que a su vez, implicarían nuevos
sacrificios como
recorte
del gasto público, funcionarios o pensiones similares a las de un
rescate.
Las reformas del Gobierno en cambio, logran resultados y empiezan a dar
síntomas de emprender la recuperación. Datos como los siguientes
confirman estas tendencias:
2.-La
financiación de la deuda (que ha vuelto a niveles de interés
previos a la crisis)junto con la bajada de la prima de riesgo de las
últimas semanas consecutivamente a niveles de 280 Ptos. básicos.
3.-España
vuelve a ser un país creíble para los mercados por tanto paga menos
intereses por su deuda.
4.-La
reforma laboral arroja el segundo mejor mes de abril desde 2007 en
paro registrado. El paro registrado en Abril (este mes sin
contabilizar la semana santa) ofrece un dato positivo: se crearon
51.077 empleos y uno de cada tres es autónomo.
La
senda es la correcta. El fantasma de un rescate, el de un país
intervenido, ya no está encima de la mesa. Las reformas no corto
placistas a las que nos tienen acostumbrados los socialistas hacen de
España un país dueño de su futuro y su salida de la crisis. La
propuesta del PSOE es volver a la senda que nos trajo hasta aquí ,
partir de nuevo desde el escenario de un rescate a la vuelta de la
esquina. Mientras, el Gobierno ya ha emprendido el único camino
serio y responsable, asentado en el largo y medio plazo como garantía
sólida para el crecimiento.
Al
ofrecimiento por parte del PSOE estos días de un pacto de Estado con
el Gobierno por el empleo y el crecimiento, el PP ha mantenido que
“son las políticas correctas las que resuelven los problemas, no
los pactos” y que una condición imprescindible es que “no se
vuelva a
las políticas que arruinaron España”.
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