Con este panorama, el Partido Popular tendrá que volver a tomar duras medidas por culpa de los que gastaron más de lo que ingresaron. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en sede parlamentaria afirmaba que no es momento de repartir culpas ni de imputar responsabilidades, sino de asumir los errores del pasado para afrontar con responsabilidad el futuro.
El pasado septiembre, la exvicepresidenta económica, Elena Salgado, se comprometió a cerrar el año con un déficit de 65.355 millones de euros. Pero la realidad dice algo muy diferente. Resulta que las administraciones públicas se han gastado 25.262 millones de euros más de lo previsto... ¡¡Vaya!! Y ahora... ¿quién pagará el pato? Pues los de siempre, los ciudadanos.
Todas las Administraciones cerraron el 2011 con números rojos. Pero no podemos pasar por alto que el Gobierno central, en tiempos en los que gobernaba el desdichado de Zapatero, incurrió en un déficit de más de 54.000 millones de euros (un 5,7% del PIB). Además, los socialistas dejaron las arcas de la Seguridad Social con telarañas ya que el déficit de sus arcas asciende a los 995 millones de euros.
Por otro lado, en el desglose de los datos, las Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales han ayudado a llegar al déficit del 8,5% del PIB total, que daba a conocer el Ministro Montoro. Entre todas provocan un desequilibrio de más de 31.000 millones de euros. Pero aportemos unos datos clarificadores:
- Madrid: CCAA presidida por el PP es la única que cumple el objetivo al estar por debajo del 1,3% (en concreto el 1,13%)
- Castilla-La Mancha, gobernada hasta mayo por el Señor Barreda (PSOE) presenta el mayor porcentaje: la friolera de un 7,30%
- Andalucía un 3,22%. Ni el 1,4% que decía Griñán, ni el 3% que aseguró al día siguiente su consejera de Hacienda.
- Extremadura y Baleares, gobernadas hasta mayo por el PSOE, presentan un 4,59% y 4,00%, respectivamente.
Éstos
son sólo algunos de los ejemplos de los despilfarros socialistas a
lo largo y ancho de la geografía española. ¿Quién tiene la culpa?
Todas las Administraciones son ciertamente responsables. Pero la
realidad es que el Gobierno de entonces, en ocasiones, no transfirió
a las Comunidades Autónomas los fondos suficientes para ejercer sus
competencias.
Difícil situación, pero con un Gobierno competente como el actual, saldremos.